El tiempo
El tiempo, con su paso indómito e implacable, va marcando nuestro destino.
El tiempo es tan incierto, que pasa, cansino y lento, cuando nos sentimos incómodos; pero vuela y se desvanece, cuando la estamos pasando bien.
El tiempo, ese que cuando se pierde te hace culpable, pero si se ahorra, te hace el mejor.
El tiempo, ese que nos hace viajar a diferentes épocas; nos lleva hasta aquel pasado cargado de recuerdos; nos vuelve a este presente, lleno de incertidumbres, dudas y miedos; y acompañado por la imaginación, nos hace viajar a un futuro que no sabemos si algún día, llegará a ser realidad.
El tiempo, ese que en su imparable transcurrir, nos obliga a crecer y madurar, nos apoya para sobrellevar el dolor y nos ayuda a que cicatricen las heridas.
El tiempo, ese que muchas veces nos sobra en la niñez, desperdiciamos en la pubertad, perdemos en la madurez y nos hace falta en la vejez.
Nuestro tiempo de existencia en este mundo es impredecible, sabemos que comienza con nuestra vida, y aún con la incertidumbre de no conocer cuánto va a demorar, también sabemos que termina con ella.
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